lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Éxito Y Fracaso Son Sinonimos?

¿Qué opinas tú? Si tú

Si ahora en vez de preguntarte te digo que:

Éxito y Fracaso son sinónimos, pensarías que estoy loco, o peor aún pensarías que estoy borracho.

Pero te voy a garantizar algo, cuando termines de leer este corto artículo, estarás en posesión de uno de los principales secretos de las personas triunfadoras.

Recuerda esto. Los triunfadores no son diferentes a los demás físicamente, sino mentalmente.

Vamos a explicártelo usando una analogía. Una bomba teledirigida, tiene un mecanismo de dirección. La función de dicho servomecanismo es corregir la dirección del proyectil cuando este se desvía del blanco que se le ha asignado.

A el se le dieron unas coordenadas y le dijeron este es tu objetivo. Este proyectil surca los mares, montes, valles y ciudades hasta impactar en su objetivo, el proyectil triunfo, tuvo éxito, logro su meta. Pero....

Al día siguiente en primera plana del periódico aparece publicado.

“Extra, Extra, fatal equivocación de las fuerzas aliadas, proyectil teledirigido, destruyo por error un hospital. Se sospecha que hay más de 800 victimas fatales y cientos de heridos”

La operación como tal fue un fracaso, pero el proyectil tuvo éxito.

Quizás tú te estés preguntando. ¿En que me afecta a mí la ineptitud de estas personas?
Y la respuesta es sencilla.

Tú también tienes un servomecanismo, cuya función es obtener las metas que tú le asignas.

Y yo te pregunto ¿Estas seguro, que has elegido las coordenadas correctas?

Le estas asignando metas que te ayuden a vivir mejor, a crecer, a prosperar.

O por el contrario las metas que le estás dando a tu servomecanismo:
Ø Son para sabotearte
Ø Para alejar a tu pareja
Ø Para evitar el próximo ascenso
Ø Para no tener más éxito que papá
Ø Para demostrar que no mereces triunfar

Sabias tu que este servomecanismo, ha provocado más muerte y destrucción que todas las guerras juntas.

Si, muerte de los sueños, destrucción de brillantes futuros, que nunca se cristalizaron, y no porque no podían ser, sino por tener mal asignadas las coordenadas

Un ministro tenía un caballo, que si el ministro decía:
1. “Alabado sea el Señor” el caballo comenzaba a caminar. Si decía
2. “Aleluya” el caballo galopaba. Y si decía
3. “Amen” el caballo se detenía.

Un día un hombre necesitaba un caballo y el ministro le ofreció el suyo, explicándole cuales eran las instrucciones.

El hombre monto el caballo y dijo: “Alabado sea el Señor” y se alejo.
Dijo: “Aleluya” y estaba galopando, al rato ve a lo lejos un precipicio y comienza a decirle al caballo: “Soo…soo”, pero el caballo siguió galopando, hasta que el hombre todo asustado y al borde del precipicio recuerda las palabras y grito “AMEN” y el caballo frenando y se detiene al borde mismo del precipicio.

“vaya” dijo el hombre, pasándose la mano por la frente y dijo “Alabado sea el Señor”

El caballo tubo éxito, el hombre fracaso.

El caballo no tuvo la culpa, el hombre le dijo “Arranca” en el lugar equivocado.

Orden correcta, acción correcta pero resultados equivocados

Nota: Orden correcta para el caballo, Incorrecta para el hombre, de ahí los resultados.

Por eso te digo, si no te gustan los resultados que estás obteniendo, examina las ordenes que te estas dando. El éxito es para todos por igual.

Puede ser que estés cayendo en este momento por el barranco de la frustración, pero recuerda que el que dio esa orden eres tú.
Ordénale detener la caída y comenzar a subir y te garantizo que estarás nuevamente en carrera.


Espero verte en el podio de ganadores.

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